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La danza flamenca es un baile propio del género artístico español, especialmente apreciado por sus movimientos emotivos usando los brazos y por los golpes rítmicos con los pies, y por el despliegue de virtuosismo y belleza usando castañuelas o abanicos. El baile es principalmente improvisado en torno al ritmo o "palo" flamenco.
Esta danza encuentra su origen a mediados del siglo XVIII, aunque se presume que existía desde mucho tiempo antes. Esta forma de baile nace en la provincia española de Andalucía, en medio de una comunidad formada por gente de diversas culturas, adquiriendo características provenientes de todas ellas, entremezclándose para dar con una fórmula de bastante intensidad. Dicha comunidad estaba compuesta de gitanos, judíos, árabes y cristianos, por ende, se trata de una danza que entremezcla rasgos de la cultura musical local, de los cantos de la sinagoga, sonidos árabes y también de la cultura negra, gracias a los viajantes que hacían una parada antes de llegar al Puerto de Cádiz. Sin embargo, son los gitanos quienes aparecen como los grandes difusores de este baile, ya que fueron ellos quienes lograron de manera más exitosa la fusión de ritmos tan diversos en uno solo.
Dado el origen de la Danza Flamenca, no es muy difícil comprender la intensidad que ésta transmite. A través del movimiento refleja sentimientos como el amor y el desamor, la desesperación y la calma, así como también alegría y dolor, que encuentran su razón de ser en la marginalidad del pueblo en que nacen los ritmos flamencos.
En el contexto de la Guerra de la Independencia Española, a principios del siglo XIX, y los acontecimientos políticos que le sucedieron, se creó una enorme cantidad de canciones y bailes difundidos en los teatros locales, que tuvieron una fuerte influencia y aportaron a la consolidación de la verdadera personalidad flamenca.
De este modo, fueron surgiendo espectáculos que no podían ser clasificados ni dentro de los bailes de salón, ni como espectáculos de café cantante. Sin embargo, no fue sino hasta Abril de 1856 que se consolidó el Flamenco como género para clasificar este tipo de montajes, que era conocido anteriormente como cantes y bailes andaluces.
La danza flamenca se configura como un baile en el que los movimientos tanto de manos, como pies y brazos deben ser de una alta precisión, aunque el bailarín debe ser capaz además de tener la flexibilidad necesaria para improvisar dentro de ciertos márgenes y pautas. Los movimientos típicamente masculinos se caracterizan por el zapateo, un intercambio constante de pasos y golpeteos de planta y talón.
El baile se encuentra acompañado de la guitarra y de una voz que narra historias en primera persona. Así el canto, la guitarra y el baile se unen y funden en una expresión artística de alta intensidad emocional que ha sido reconocida en el mundo entero.
?Vamos a salir de copas?
Flamenco... siempre Flamenco...
miércoles, 9 de septiembre de 2009
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Muy informativo su texto. La danza Flamenca me encanta. Es una de las más bellas y ricas que hay en el mundo.
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